viernes, 11 de julio de 2014

Silencio Cómplice

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No hay amor que dure sin tristeza
no hay dolor cubierto de alegrías
es un juego poderoso de la vida
llevarnos por  cielo e infierno.
Porqué  lamentar banales hechos
que dieron chispa y goce
aunque en el tiempo fue derroche
de un tiempo escaso y torpe.
No seamos incautos por derecho
si es lujuria advenediza
la que a veces robamos a la vida
cuando esta martiriza.
No llevemos en la frente la medalla
de  héroe o líder  de vigilias
es feroz la distancia de la culpa
o pecado,  entre el rigor o la desdicha.
Nadie habla desde su cómplice silencio
al ver un alma que sufre y se revuelca
todos conocen la salida
pero nadie cierra esa enorme puerta.
                                    Malu  de Lujan

2 comentarios:

Rafael dijo...

A veces, los silencios, son complíces de nuestros actos.
Un abrazo.

Ana María Delgadillo dijo...

Nadie cierra esa enorme puerta. Cariños Malú