Arrópame con tu dulzura
déjame llorar bajo tu abrazo
de árbol frondoso y cálido
que transparente la nostalgia
rompe en mi pecho su cadencia.
El musgo del amor
trepa por mis venas
y va reconociendo ese camino
que ha esperado su afluente
de sangre nueva y limpia
que se derrama
con nuevo impulso
por mi horizonte enamorado.
Arrópame con tus besos
que esperé mil años
sentir que vivo
cuando el dolor y su espina
en mi se enclavaron.
Libérame, sálvame, sáname,
que mi cuerpo yerto, perdido,
por caminos de soledad ha transitado.
Seca mis lágrimas
bebiendo en mi carne
la huella de mi pasado,
transita dueño y señor
y recoge las esporas, cenizas, y cal
que el viento de la tristeza
en mi ha depositado,
sostiene el arco pulido
por donde pasa la noche
y se queda el día luminoso y calmo.
Malu de Lujan