Ese lamento enraizado
se fue de mi pecho
abandonó mi cauce.
Soy un alma que busca
su destino
y da gracias mientras todo
sucede y superpone a su deseo
los míos abandonados.
Negro presagio rueda
por entre los escombros
que dan su abrazo
cual cerco protege un herbazal
y me señala que el amor
algodon suave
mitigador de heridas
¡ya se fue!
Todo me abandona
en este silencio zodiacal
la verdad y la mentira
se entrelazan en su enseñanza.
Nunca el viento fue mas arrasador
e imprudente,
mientras miro a la ventana
de ese horizonte que me trajo
rocío y vendaval,
beso y locura,
frío y hoguera,
amor despiadado y tristeza.
Malu de Lujan
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