indomable empeño
sobrevolando en mi horizonte
bajo la piel insomne de mis versos.
Cualquier día apareciste
como un clavel sin aguijón
de pudoroso tallo
instalando su raíz impreceptible
de color y sonido de suavidad y misterio.
Sin encomendar el alma
sin previos secretos
abrí mi corazón y me dejé arropar por tus silencios.
Me habitaba la noche
de encarnado recelo
y envilecidos días sin reloj ni decreto.
Confusas señales
bocetos incompletos
desataban los llantos
rasgaban mil arpegios
en ánforas de luna
de incierto destello.
Te desbordaste a mi...
crecida de río y mares de besos
al compás inimitable de una rosa de los vientos.
Cruzaste mi calle
desnudo, sincero
sin herejías ni ruegos
y se abrió mi flor
se rindió a tu deseo
hasta quedar adormecida
cegada de luz
rendida, enamorada
encallada a tu cuerpo.
Seremos Uno hasta el confín de los tiempos...
y nada!...ni nadie!...
ahuyentará ese mandato
que bulle en el alma
Malu de Lujan
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