sábado, 27 de septiembre de 2008

Entre Coral y Jazmín







Traía el tiempo en su bostezo
indomable empeño
sobrevolando en mi horizonte
bajo la piel insomne de mis versos.
Cualquier día apareciste
como un clavel sin aguijón
de pudoroso tallo
instalando su raíz impreceptible
de color y sonido de suavidad y misterio.
Sin encomendar el alma
sin previos secretos
abrí mi corazón y me dejé arropar por tus silencios.
Me habitaba la noche
de encarnado recelo
y envilecidos días sin reloj ni decreto.
Confusas señales
bocetos incompletos
desataban los llantos
rasgaban mil arpegios
en ánforas de luna
de incierto destello.
Te desbordaste a mi...
crecida de río y mares de besos
al compás inimitable de una rosa de los vientos.
Cruzaste mi calle
desnudo, sincero
sin herejías ni ruegos
y se abrió mi flor
se rindió a tu deseo
hasta quedar adormecida
cegada de luz
rendida, enamorada
encallada a tu cuerpo.
Seremos Uno hasta el confín de los tiempos...
y nada!...ni nadie!...
ahuyentará ese mandato
que bulle en el alma
y se hace mil versos.


Malu de Lujan

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