Has debido dejar atrás
en solemne acto
fugacidad de palabras
resonancia de ofensas
derrota de alguna equivocación
y la lumbre de la verdad potente
-que irrita los ojos-
para escuchar tu corazón.
La sombra de antiguas rencillas
tañen a lo lejos piadosas
en el reposo
para dar paso a nuevos frutos
de celeste regocijo
orlado de alegrías.
No retrocedas ante las campanadas
que su tremolar lleva consuelo.
Malu de Lujan
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