Una rosa lindante en tu mano
fue ofrenda y ceniza
que la vida te alejó...
Fueron dispersándose
los pétalos frescos
por caminos furibundos
se exiliaron las hojas
que quebró su talle
se resquebrajó en el silencio
su capullo impávido.
Resistió su espina
y su llanto fue rocío
en la vastedad de su raíz.
El pulso de los astros
levanta en la fugacidad
el aura de su beso
y se van desperdigando los dolores
los vejamenes...
y los hierros que encarcelan las auroras.
Llega hasta el jardín
el estirpe del sol
que derrota los desvelos
y oscuros pensamientos,
su voz se pronuncia
entre trigales
avanza el moho...el hollín...
masacre que enluta los deseos
pero ...desciende entre las ruinas
la brisa justa
y florecen de nuevo los jazmines
se abre la corola
que cae al seno de la vida.
Se levanta el tallo
confundido entre abrojos
en nebulosas y quimeras
sin orquídeas
recupera las hojas
que homenagean la nostalgia.
Aparecen laureles en el campo
las espigas se yerguen
mecidas por el viento
sin descanso
y los pétalos dispersos
nueva gravidez encontraron.
Retorna el ciclo alborozado
el invierno queda atrás
y su infinito hielo de antiguo espasmo.
El rosal...¡está vivo!..
se descuelga la rosa
nuevamente en tu mano
¿qué harás si conserva
la ensoñación que has guardado?
Malu de Lujan
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