En el tramo de la vida
cuando la libertad es la consigna
el corazón lleva de estandarte
una sonrisa.
Vigente el júbilo da su abrazo
a la esperanza
y derrotada la inercia
abandona la añoranza,
en el extremo habita
grano y simiente de alegrías.
En la mitad de mi silencio habitas
al sur de mi relámpago
en mi planeta golpeado por los vientos
donde las piedras presentes
hacen sombra y opacan las estrellas.
Va el sol rastreando
al interior de mi jardín
hollines y mohos
para iluminar el sendero
porque en esta oscuridad
también hay jazmines
que desabrochan pétalos,
van tapizando alborozados
desde el celeste expiatorio
hasta mi vuelo de golondrina,
donde nadie evitará
el amanecer de mi libertad.
No te acongojes
la brisa hace nuevos surcos
hálito que exhala serenidad,
pan de mi albedrío,
inicio de arrebol,
y me sobrepongo airosa
una vez más...
a este encierro tributario
a ésta cárcel impenetrable
donde los perros ladran a mi costado
y muerden mi osadía
dejando desmayados pertrechos
de miserable ayuno.
Sálvame en este meridiano acribillado
donde las alondras abandonan su fe.
Ven a inaugurar
el crisol de mi espera
en este desorden
en la tirana emancipación
de mi mañana enlutada,
para ahuyentar golpes
de luz y de sombras
que a mansalva
desmayan mi pesadumbre.
Ven, con la certidumbre
de tu abrazo fragante
a perfumar los girasoles
de mi libertad.
Malu de Lujan
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