Luego del anochecer siempre el día es diferente
proclama en su claridad oceánica suerte
pero la renuncia sigue ahí, anudando,
haciendo corta la respiración, marginando
de un acontecer felíz en la postrimería.
¿Porqué el cielo deja estela de sonidos invitantes
que trascienden más allá de tu sonrisa?
Viniste como fugaz rayo invitante
para desaparecer inundado de motivos...
No consigo ordenar el tiempo
que vincula ese arribo con tu adiós, viento furtivo
entre arenales sin aviso.
Caímos de la mano en el ayuno
al festín grandioso que despliega la vida
en la bonanza generosa, hasta el fondo del crepúsculo
sin patrimoniales obligaciones y sin testigos
con la sonrisa como oleaje
en ese camino astral de surcos paralelos
coexistiendo en ese arco de luz meridional
del amor terrestre.
Pero te has empecinado... -como todos-
del olvido de acompañar mi sombra
de reclinar tu silencio en mi pecho
de compartir penitencia
y de volcarte solo a mi derramado cada día.
Te atrae la aventura de seguir solo
en la inclemencia de la vida
en peregrinaje sin destino
con la noche siendo día en nuevos brazos y delirios.
Tu piel resplandece en el ahora
mientras llenas el cuenco cada noche
de invernal escarcha ...que enfríe tu morada...
Porque la pasión...¡se acaba!
solo perdura en el silencio el amor sincero
ese que mantiene los pies en la tierra
y la cabeza ¡en el cielo!
Malu de Lujan
No hay comentarios.:
Publicar un comentario