Todo vuelve a su centro
entre celajes rojos
en este caminar que es la vida.
He detenido mis pasos
para observar el paisaje
van y vienen los distractores
con sus luminarias fosforescentes,
pequeños puntos de luz
que se esfuerzan por cautivar mi atención.
He dejado de ver antiguos espectros
y sombras
me abro a la claridad
a esa puerta transparente
al magnánimo sol.
Ya no más sufrir ni llorar
ni más lamentos o gemidos angustiosos.
Ha caído el telón
y los personajes han dejado caer
sus máscaras decoradas de antivirtudes.
Solapado antifaz que cubría sus ojos
y sellaba su boca.
Acabaron las representaciones
en el teatro de la vida.
En este espacio circense
donde mimo y mueca
han sido protagonistas.
No hay aplausos ni reconocimientos
solo silencio...
después de genial actuación.
Se me ha revelado el libreto
y cada línea escrita con sangre y tinta.
Encalla la bufa en mi escenario
y las carcajadas resuenan
con la crueldad que punza y molesta
pero terminó la escena
y con ello se completó la obra.
Ya no más títeres y bufones
que haciendo malabarismos
de torcida imagen
dejaban ver su falso y ondulante gesto.
Se me ha rebelado desde el anonimato
la verdad agazapada
y cae la venda de mis ojos abiertos.
Malu de Lujan
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