Dejaste a medias un camino
donde está inscrita
nuestra felicidad.
No quisiste asir tu asombro
a mi inocencia
ni atar tu horizonte al mío
por donde la pasión navega.
Eras la otra cara de mi piel
del mismo sabor de ayer
salpicado de momentos
de pálida nomenclatura silvestre.
Eras la fecundidad que se sumerge
en la noche de mi angustia
la hierba donde reposa
el temblor de mi carne,
la luz por donde se filtran
las estrellas enclavadas en mis ojos.
Tenías la ecuación perfecta
en los recodos de tu cuerpo
la máxima expresión de ternura
triplicada y pasión que deposita
en los labios mi desconcierto.
Eras la mirada que viste mi desnudez
la mano que desposa la alborada
y abre mis ojos,
el brazo que ciñe el junco frágil
de mis secretas ansias.
Eras la boca que vierte fresas
y besos sobre mi pecho
y me deja perfumada y sudorosa.
Eras el itinerario reservado
para escalar al cielo
y comprender por fin
los misterios del amor infinito.
Malu de Lujan
2 comentarios:
Precioso querida amiga. ¿Hay quién pueda resistirse a un mensaje tan lindo?...
Un abrazo y feliz fin de semana.
No lo se Rafael, solo me salió del alma...
Gracias por grabarlo, un abrazo, malu
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