martes, 19 de junio de 2012

Bisbiceo de la Vida


Defiendo mi derecho a ser felíz
al amparo de esta fortificación
donde golpea la vida
su defectuosa disculpa.
Tánta fatiga y angustias en la resistencia
efigie de fiera quietud
que ha mantenido feraz culpa
a merced de los hechos que se suceden
en esta presuntuosa y vana realidad.
No hay abatimiento
ni dúctil desánimo en este ascenso
en este cauce natural
donde el azar no existe, 
ni la suerte, ni la magia.
Es mi tributo, grifo de llama perenne
envoltorio que repele el pasado
y la intensidad de su fuerza.
Es la cuota liberada de un pago alto
excesivo e injusto, que ha fustigado
mi capital emocional y humano.
Defiendo mi desición indeclinable
a ser felíz
aún en la perplejidad, en lo impávido
de razones que sostienen enigmáticas,
aún en lo incierto de propuestas
que me guiñan los ojos, refutando inadmisibles
su improcedente voluntad.
No seguiré en el incendio cauto y sostenido
de verdades a medias, de dudosa procedencia,
de inescrupulosa amplitud de letargo,
de inaceptable holocausto.
He decidido avanzar por nuevo camino
hacia la luz, lejos de esta inaguantable oscuridad,
de incertidumbre impuesta, donde no se rebota
la alegría, ni se censure mi canto, mi voz y mi palabra.
Basta! de murmullos soterrados 
de bisbiceo amargo
que me desgaja el alma.

Malu de Lujan
 
 

 



1 comentario:

Rafael dijo...

Sigo esa brisa que desgranan tus versos y me sumerjo en ellos.
Un abrazo y feliz día poeta.