lunes, 4 de junio de 2012

Duende de mis Sueños

Acabo de vislumbrar
la cola de un cometa
y ha caído una estrella.
Alcancé a pronunciar
un nombre
¿será?... ¿será el desconocido
que afiebra mis noches
y desvela mis horas?
No tiene rostro, ni oficio,
y desciende por mi sueño
sobresaltando mi vida
desfigurada.
Me da obsequios
que desnivelan
mi desgaste
mueve el viento que abastece
las danzantes flores
y oxigena mis defectuosos pulmones
acostumbrados a oler desengaños
desilución y desencanto.
Suelta estrellas que traspasan su luz
en esta haragana oscuridad
embelleciendo la escenografía opaca
de mi historia.
Despunta los brotes
de tedio que enchapan
mi efervescente talle,
con sensuales palabras.
Aleja pensamientos que inclinan
su detestable desviación
y su coloquio amargo.
Expande mis fantasías,
desecha mi negación
fortalece mi confianza
y va guiando con su capa de torero
en el arenal inusitado,
con gallardía y clase
a ese toro destemplado
que enfurecido no se rinde
y descolla banderillas en su lomo
de luxadas pasiones.
Resguarda mi soledad abrupta
dejando simbolos suspendidos
que desagravian con su silueta
esta quietud de silencio y reposo.
Manso lago que tumba
mis osadías con su sosiego
dejando anillos que se mueven
desde la superficie
hasta el fondo de mi
con el peso de su mensaje.
¿Dónde anida su alivio,
o su aflicción,
y dónde reserva su delicado eco?
¿En qué puerto su mástil hace ondear
de derrota o victoria?
Me acerca serpenteando malicioso
esquemas distintos 
que asedian mi pudor
y a veces solapado, a veces cínico,
burlón o serio
deja quimeras que 
libertan mis cadenas
de sombrío linaje.
Sorprende mi débil columna
y va soslayando entre mis vértebras
con astucia
inyectando revolucionario narcótico
que me embebe de lucidez
y enardece mi espíritu.
¿Será?... ¿será aquél que he imaginado?
Viene con su manojo de cien llaves
a abrir el portal donde asome la luna
y laborioso recoja los destellos
para hacer un nuevo
jardín centelleante.
¿Será?... sin trabas,
ni aborrecibles reglas
que cohartan, mi débito
de compromisos
de plantar rosales o almendros,
ni difundir que tiene 
una sola dueña
cuando hay varias emociones
rondando su cabeza.
¿Será? …detrás de su orgullo,
 su vanidad, o su abulia
en este debacle del tiempo
que va socavando 
nuestros propósitos
y desajusta nuestras preferencias,
 quien tiende su mano 
para entibiar la mia?
¡Será!... aquél que 
complete mi universo
razgado y desmantelado
descendiendo a mi desatino
de querer encontrarlo.
Solo sé, que nací
con una inscripción 
en la médula:
"voluntad y fervor"
y así pasen mil años
¡lo encontraré!...

Malu de Lujan



1 comentario:

Rafael dijo...

¡Ojalá que ese "duende de tus sueños" aparezca y se entregue a tus brazos, querida poeta!
Un abrazo y sigo tus letras con mi cariño.