domingo, 10 de junio de 2012

Sin Rendirse



En medio de la plétora abundante
de hechos que nos apartan
está la certeza
-que serpentea holgada
sinopsis de una historia alambicada,
intención que rebasa voluntades
sin doctrina de la vida que nos tocó vivir- 
del amor que vive incólume
y he sofocado para resistir.
No finjamos en el desengaño
de viento que insufla su descontento
sopor que aturde 
que no existe ese deseo narcótico
que nos envuelve
con su ligero manto de seda untuosa,
ni que se encalabrina con descaro
cadenciosa lujuria que nos recorre
dejando la huella memorable de su arrebol.
No ocultemos de nuestros ojos
socarrona mirada ajena
de melancolía apabullante
letargo que somete las sombras
y enjuicia la sonrisa.
Que no nos sorprenda el desánimo
pues mientras el resonante cascabel envidioso
fundamenta su columna insidiosa;
el amor que sortea todos los obstáculos
fastuoso, enfático está ahí sin rendirse.


malu de lujan




1 comentario:

Rafael dijo...

No debemos nunca rendirnos. No al menos sin agotar todas nuestras posibilidades de victoria, aunque en el amor eso sea casi una utopìa.
Un abrazo en la noche.