jueves, 5 de julio de 2012

Reflexiones


 
No te daré nada más desde mi hambre, 
desde mi soledad cautiva
es mi tiempo de crecer...creer...y crear magia
para que los frutos sean abundantes, libres,
de tánta mezquindad.
No te daré más, lo que alberga mi alma
que impulsada y mendiga por esa ansia
de conseguir tu mirada, no veo la ruina
a mi alrededor que ocasiona mi dádiva.
La molicie ha sido la cruzada de tánta entrega
perdiendo el miedo
y esa alegría ha sido la verdadera vida,
pero es baldía tierra, donde no estás.
Nada se puede conservar en la serenidad
que bebemos ese afluente y rellena nuestra arca,
pero debo parar...ser egoísta...
Porque no sonríes desde mis ojos
ni eres testigo de mi andar
no te acoplas al murmullo de mis días
agitando el aire con tu carcajada.
No empujas esta pereza 
ni das color a mi deslucido asombro
ni dejas una plegaria en tu pecho
que brama por otras causas.
Fue perfecto en mi mente
-cavilando sobre mi abismo-
creyendo estaba tu mano en la miaja fatigosa
con su estridencia, su riesgosa agitación
como un pedestal marmóleo indestructible.
Pero, me soltaste...
malgastando ese perpetuo deseo que se introdujo
como retal que repara un doloroso resabio,
aniquilando sagaz conjuro
que me hacía ver y olvidar el extravío de tu ausencia
el incompleto trazo de tu silueta perfecta.
Me soltaste...y no te culpo,
me adhiero como esa sombra que no perdona excusas
me arrimo como esa pegatina a fuego
que consume hasta las odiosidades
con la flama feroz de la urgencia,
porque entro y desfallezco 
permaneciendo como dolor profundo, penetrante,
en ese anhelo de inmortalidad
y no puedes litigar
con tu deseo de desalojarme.
Te seduce entrar a mi burbuja
a mi arco iris personal donde me paseo 
con elfos y ondinas --que intrigado observas-
donde nada turba la magia de mi constelación
donde el aire no está contaminado
y es vigorosa la nube que me respalda
donde aún a pesar de mis dolores terrestres
y artificial secuencia
dentadura amenazante de sucesivas dentelladas
mi poderío es un ejercicio de almas
una pócima que se engrandece y no amilana
mi soporte banal, tal vez controversial,
y es que modelo esa arcilla que clama, cristalizándola,
es lo que seduce con sus destellos
como diamantina joya, lo sé, 
y a veces encandila y ciega. 
No te daré nada, pues el amor imperfecto
de novato prejuicio
para la plenitud no alcanza.
La vida nos ilustra cada día
con su generosa alabanza
en la senda que recorremos 
de energía divina que nos embarga.

Malu de Lujan

 




 
 
 


 

 

1 comentario:

Rafael dijo...

Interesantes reflexiones en estos versos querida amiga.
Un abrazo en la noche.