Desde la raíz
la sabia emerge de la tierra
reteniendo la alegría
reteniendo la tristeza
en un canto hecho verso
de oro y purpurina.
No hay copa que contenga
el solaz de la brisa marina
ni el misterio del vino
vertido en el alma
o la campiña.
Dame tu mano
para arrancar las uvas
cuando incendia el día
y vierta el sol
su generosa vendimia.
Guardemos su aroma
y su sangre de vida
en la jarra del tiempo
que macera lágrimas
y las convierte en besos
frutos de amor
de belleza tranquila.
Ven, a beber el vino
que cruza la noche
rumor de silencio
de verde hoja
de otoñal vasija
o aquél de trigo claro
de anís o madera
floral mañana de otoño
o primavera.
Malu de Lujan
1 comentario:
Lindos versos que escancian romanticismo por los cuatro costados. Felicidades querida amiga.
Un abrazo en la noche.
Publicar un comentario