Avanza como el espliego soberbio
una voz que no escarmienta,
traspasando fronteras
cruzando mar, valle y cordilleras.
Derrota la noche la lluvia y la tormenta
y esa voz no duerme,
no trepida en alcanzar
la palabra que la lleva.
No olvida en la ensenada
el caracter de su fuerza
y son testigo los vientos,
las piedras y la tierra.
Una voz que clama, pide, ora,
y necesita erguida
como caña entre la niebla
o como flama inextinguida.
Lleva en el pecho su herida
lleva el grito, los pasos,
el ayuno y la memoria
el olvido y la vida.
¿Porquè callan las trompetas
para ahuyentar las golondrinas?
Vuelve a aparecer en la sombra
ese vuelo que la anima.
Va una voz recostada
sobre galera dormida
guiño de viento y lucero
que reconocen las ninfas.
Esa voz que me envuelve
con su manto de sigilo
es brasa de oro y de ley
que se cruza en mi camino.
Malu de Lujan
1 comentario:
Esas voces que están cerca y a nuestro alrededor, que van y vienen con nosotros, en las personas, en las cosas, en el alma...
Un abrazo en la tarde.
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