martes, 12 de marzo de 2013

Tropel de Envidias

 
 
No levantes el puño
contra quien te lleva a la ignominia
que no encuentre su asidero
enfrenta la oquedad del descredito
con genuina dignidad en el centro.
No avizores en la ruta
lo perverso u opuesto
que su esquirla herira tu desconcierto.
A veces no hay perdon terrestre
cuando se desplaza
el aceite esmeralda de la envidia
que envilece.
Sin control el espiritu mezquino
que ese mal padece
a contrasol va entristeciendo
el camino
con esa seca flor en el pecho
de petalo verde.
 
 
Malu de Lujan

1 comentario:

Rafael dijo...

Así es la envidia, por desgracia.
Un abrazo.