Si te acercas verás que el tiempo
ha fatigado mis ojos
y desencantado su luz,
que mi corazón es un nidal
de pájaros que guardan su grito
y no vuelan a lejanos horizontes,
que mi cabeza lleva un antiguo
folio amarillo de sonatas impresas
que algún día sonaron al viento,
que en mi piel está el hierro
de versos que custodian mi nombre
y una cadena que oprime
mi soledad.
Opalina suerte de salvaje
susurro contenido
que el destino alberga,
que mis manos ya no dibujan
ni se posan en el piano
o en la celulosa ardiendo
de una hoja que espera
cubrirse de letras,
que mi voz ya no recita
bajo el alero de tu árbol
ni a los pies del guindo
que suelta el humo
desde la pipa que se apoya en tu boca.
Mi silencio se pobló de fantasmas.
Permanezco horas
en mi rojo sillón señorial
comprendiendo lo que tu silencio otorga
lo que todo me dice sin palabras.
No estoy derrotada
solo en feroz incertidumbre.
Malu de Lujan
1 comentario:
Casi diría que ese silencio es el silencio de la poesía en el alma de tu protagonista.
Un abrazo en la noche.
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