Desde mi sombra apareces
buscando no se qué
no se a quién
dejando caer suaves melodías
a mi alma triste,
crispada, secuestrada,
en el sedimento de imposibles
reseca de vaciar lágrimas
resina punzante
horco sucesivo, delirante.
Acercas tu fortaleza
desmembrando mi dolor
bajo tu risa
estampando nuevo brillo
de luz que me circunda
ahuyentando el sicario velamen
del barco triste
anclado a mi puerto solitario.
Muchos han querido
apoyarse en mi barandal
esparciendo halagos y letanía
pero mantengo el juicio
entre el desatino
y el descarnizado asombro.
Te he observado
hombre misterioso y penitente
y mi deseo agreste
hoy depositó la sencillez
de una súplica salubre
en este encuentro.
Que no se desangre la savia amistosa
en error cáustico
que muchos han herido
en nombre del amor...
esbirro deseo, silvestre y necio.
Malu de Lujan