Cayó el friso, de un solo chasquido
en la furia
sin causa ni motivo,
ni fuego, ni lumbre,
trivial desencanto
cual surtidor de grifo.
Estrelló su frágil sollozo
camino perdido
y soltó el fruto
impulso que rebeló
frívolo instante
encubierta verdad
que nadie quizo.
Cayó...como todo cae
fugaz destello
de lo que ha subido
y fraccionó la vida
que me ha protegido.
Fuerte cólera
látigo de ira
que hostigó para siempre
y soterrada permanece
y se amalgama
a mi silencio herido.
Veleidosas las verdades
se esconden
hontanar que abriga
su deseo intimo.
Malu de Lujan