domingo, 2 de marzo de 2008

A Orillas del Mar

¿Cuánto hace que no venía a sentir
esa suave gravilla a mis pies?
el sol ya declina dándome su beso tibio
y con suavidad cálida acaricia la tarde.
El mar me deja oír esa fuerza
que recoge las cintas blancas de su oleaje
y golpetea a la orilla, empecinado en extender
sus dedos húmedos, hasta la arena firme y paciente
que extiende sus brazos como al hijo una madre.
Estoy aquí...pensando...pensándote...
veo los niños correr, sus juegos y risas,
me hablan de una inocencia ante la vida
y tambien su confianza.
Reciben aventurándose enla orilla
ese baño espumante que los hace contraerse
de frío y placer.
Algunos, solo se quedan esperando rompan las olas
y en su ir y venir caprichosas solo besen sus pies
para huir luego regocijados y felices,
otros dibujan en la arena o buscan caracolas,
o hacen castillos de arena.
Juegan como si la vida tuviera solo ese sentido
un tranquilo goce a orillas del mar,
todo para ellos.
Este mar azul profundo que me intimida
y se lleva con su sonoridad mi silencio,
se hace poderosa su presencia en mi,
me invade, me provoca, me invita,
me hace comprender la desición de Alfonsina Storni
y su alocada determinación.
La poesía y el amor no lograron llenar su vida,
tal vez cuando se iluminó quizo partir
entregándose a ese mar, como único dueño,
y entregarle lo que nadie amó lo suficiente
y no quizo para si.
Se desgarró la vida amando, soñando,
haciendo un canto cada día al amor,
y nadie supo retenerla
¿Cuántas horas o minutos o tal vez un segundo
solamente faltó para que olvidándose de ella
solo pensó en avanzar, sin mirar atrás,
llevándose en los bolsillos los últimos versos
y en el corazón ese legado que no dejó
ahí, apretado en su pecho,
resumido en una lágrima que rodó silenciosa
por sus mejillas pálidas.
¿Tánto frío tuviste en el alma que buscaste
el calor de ese imenso mar?
¿Tánta soledad entre los labios
que esperaron un puñado de besos?
¿Tánta ausencia derramada
entre tu cuerpo?
Tántas imágenes guardaron tus ojos infinitos,
tánto deseo de amar entre los brazos,
tánta espera acumulada, tánto olvido.
¿Cómo no entenderte, estando aquí?
mientras el mar hace bulla y por momentos calla
en esa danza de hermanadas olas
que se toman de las manos
haciendo un cordón de fuego desleído
y fuerza que viene de su vientre.
Me llega la brisa marina y salada
y el sol me da calor en el corazón,
ya no pensaré en el destino de tántos
que se hundieron en esas aguas ...
porque pensandote...sé que también me piensas...
Malu de Lujan