Cayeron de golpe sobre mi alma
las rosas marchitas de tu ausencia
pétalo y pistilo descolorido
encepados a mi recuerdo
de ese ramillete en mi mano
suave y entregada a la tuya tibia.
Reencontrarme con tu voz
fue volver al ayer
que me arrebató esa alegría
conciliando esa agresión
con la dulzura de tus palabras.
Pero no quise mendigarte
ese amor que me sana
y exalta mi alegría
adorna y embellece la mirada
pues sé y mi corazón me avisa
que no eres ni serás
el compañero de mi vida.
Y si quise ir a tu regazo un día
buscando anidar mis ansiedades
tu mirada detuvo esa dicha
cuando cayó de golpe esa palabra
sustentando la malicia.
No soy mujer que se regale por un día
gravita en mi conciencia esa premisa
y no eres quien espero.
Malu de Lujan
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