No extingas mi sonrisa
cuando empiezo a sonreír
los milagros no bastan
para que la vida nos dé
lo que necesitamos.
Deshago el verso de tu boca gentil
para arropar mi soledad
haciendo un manto de sutil caricia.
Ascendió por el interludio
nuevo manantial austero
llevándose lo que había...
desde que dejamos de vernos
incorporando nueva siembra.
Se desordenaron las estrellas
y dónde había luz hay tinieblas.
No viste en su momento
el beso suave en mi palabra
el verso dulce
el eco azul
adosado a mi nombre.
Fuiste a buscar otro encantamiento
desechando mi espiga
acoplando en tu barca la estrella fugaz.
¿Cómo se unen los retazos dispersos
servidumbre y corolario
de un amor interrupto?
Malu de Lujan
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