Me quedé inmóvil
al límite
como un árbol que desnuda el viento
como flor que derrumba la espina
como un faro en medio de la noche
que vislumbra la silueta de un barco.
Encallaste en mi playa
con tu cosecha de trigo
viniste de lejanas tierras
oloroso a jazmín y a primaveras.
Maduro y desarmado
con las ajorcas llenas
de sueños incompletos,
de luminarias, mariposas,
y antiguas risas.
Me recordaste que llevo en el corazón
lo que no quiero
que dejé al amor abandonado...
y que llevas un poco de mi aliento,
que me espera un hombre frío
en lecho de aridez y vidrio,
y que sueño con los párpados abiertos.
Viniste en un oleaje suave
con la misma voz que susurraba
y nunca hizo promesas
gorrión tímido enamorado
me regalaste el primer beso.
Noche azul perdida entre mil noches
en que te busqué ilusionada
llevo el recuerdo en la mirada
de tu mano tibia
secando mis lágrimas.
Has traído un puñado de recuerdos
que creí borrados en el tiempo
del mismo sol, la misma brisa,
caminata a paso lento por la vida.
Entrelaza a veces bajo el agua
el destino
su voraz ímpetu
¿qué hacer cuando te cortan las alas?
Pero...nunca te fuiste
besabas cada noche mi recuerdo
vivías ahí agazapado
algo así como el vino
en botija de roble
espera el vaso peregrino.
Viniste...no sé si a quedarte
o darme los besos que perdimos
recordé que en la prisa por irme
te perdía...
Aún hambrienta de ti
envuelta de amor y de silencio
con los ojos vendados recuerdo
que de mi...
nunca te has ido.
Malu de Lujan
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