lunes, 12 de julio de 2010

Caballos Salvajes

A veces los recuerdos
son oleadas de caballos salvajes
que asaltan la memoria dormida
intercambio presuroso
del querer no poseído.
Aparecen como vástagos de ausencia
gravitando sin medida.
Conductores que orientan
el sentir y la armonía
y carpinteros de sueños inquilinos
que un día construyeron nuestra vida.
A veces los recuerdos
despiertan coordenadas
que unas con otras cicatrizan las heridas
cual aguja invisible
acierto de magia y cirugía
y forman un puente en el pasado
que nos hace ver amables
lo que fue una intriga.
A veces los recuerdos
son sal que alimenta la vigilia
o azúcar que endulza una partida.
Conspiran deleitando...
o relamiendo la befa que soflama
una trampa que no vemos
o realzan la curva
que enmarcan los deseos.
Aparecen las culpas, los reclamos,
se rinden las sospechas
o se agrandan las verdades
enquistadas en las venas.
Los recuerdos a veces
personajes detestables
que separan o aniquilan
a veces son desvíos necesarios
que nos hacen ver con emoción
lo que no vendrá...
y que perdimos en la vida.

Malu de Lujan






                                            
  
                                                
                                

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