Como el viento arranca las frágiles hojas
el amor indulgente borra sentimientos
que se dispersan,
florecen los capullos del perdón
y se titulan las rosas enigmaticas.
La ensoñación, bullicio zenital
acompaña el alma solitaria
y conduce emancipada por rutas astrales
fuera de todo orden
cruza la antesala de razones
que precipitan su grito.
Avanza sin miramientos
solo escuchando el trino de pájaros
que la habitan.
Va tras el beso, el susurro, la caricia leve
demarcando el alojo de certidumbres
inmanentes
rodando por manantiales
arrastrando fugaces neblinas
o veloces rayos luminosos.
La ensoñación penetra la infinitud
y se estabiliza en las estrellas
prevalecen los astros
en la supremacía envolvente
el recogimiento místico
el arrebol del alma
el oleaje que decapita la espuma
en la gruta marina de los sueños.
La ensoñación iza su bandera
en la patria del poeta
pan de su albedrío
ancestro de su aurora
avatar que empuña el arbitrio
en la longevidad de su llanto...
Malu de Lujan
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