Ojalá el dolor no te toque
y atraviese tu alma
con su ala negra
que atrae el abandono
y pierdas el deseo de seguir
despreocupado y felíz.
Contra viento y brisa
rodeado de luceros
caminando por la vida.
Ojalá seas amado
como respuesta al amor que entregas
en noches perdonadas
unificado en el sentir
con la reciprocidad que mereces
distanciado del invierno
de la tristeza que congela.
Ojalá se integre a tu eje la alegría
motor sin nebulosa
ni remembranza taciturna
que lo peor es dar vuelta atrás
para convertirnos en estatua de sal...
dejar los andamiajes, las muletas,
y desconcertar las estrellas
que guían nuestro andar, sin pausa cada día.
Lo peor es sentirse arañados
por la aurora, tras noches insomnes,
encaprichadas,
con esa longitud de luna
que observa diagonal
nuestras equivocaciones,
nuestra techumbre de vidrio
sin tutela ni soporte que nos da
firmeza que alivia,
por estar ofendidos,
ultimando truncados deseos
que tropiezan al alero de triviales triunfos
en realidad vacía.
Todo se agrupa a veces
para agraviar el ánimo
maltratando, puliendo,
-como el alfarero la pieza que desea concluir-
Ojalá tu vida sea una hermosa obra de arte.
Malu de Lujan
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