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Van los mineros al vientre de la tierra
taladrando la roca
excavando en la sombra
desplegando soportes sin reparos
con la docilidad del viento
con devota paciencia.
No saben hacia donde van
ni cual destino les espera
siempre expuestos
a reveses de la naturaleza.
Exalan toxicidad que enferma sus cuerpos
pero es más fuerte en sus vidas
el deseo de sustento.
Van los mineros esforzados
con sus sueños a cuestas.
No hay otoño, ni lluvia, ni primaveras
solo jornadas en la oscuridad
iluminada por linternas.
Van como hormigas laboriosas
detrás de minerales
desde un extremo de luz
separando roca y piedra
hacia un túnel polarizado
que a veces no tiene vuelta.
Treinta y tres mineros atrapados
en las entrañas de la tierra
reconciliados...perdonados...
por la naturaleza
emergerán con una enseñanza
que cambiará sus vidas
mientras su familia espera.
Malu de Lujan
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