Sólo quiéreme sobre la floresta
de jazmines que te embarga
sin escuchar mi dolor
o sentir mi nostalgia
sopor que me envuelve,
porque solo la noche sabe
hasta dónde llega mi soledad
y su áspera espada.
Sólo quiéreme, no tardes,
a partir de ahora
que sé como los días son distintos
la noche bruñida
y las mañanas cambiantes
como el oleaje del mismo mar
que contemplas
con ese mirar azul que ya soñababa.
Sólo quiéreme, por un día o dos,
por una eternidad o dos,
y sostiéneme como frágil flor
únete a mi tallo
con sublime delicadeza y calma.
Sólo quiéreme, sin hablar,
sin preguntas ni respuestas
y alegra mi deslucida vida
poniendo mil caricias
en mi cuerpo de nube.
Sé mi beso y mi mañana
mi silencio y mi calma
sé volcán que cubre mi horizonte
de norte a sur con llamaradas.
No mires en detalle
mis defectos ni virtudes,
atempera suave mi vigilia
contemplando respetuoso y con esmero
la señal que vislumbre en mi batalla
un asomo de litigio derrotado
beatitud que satisface la cordura
venturosa piedad que me acompaña,
entonces...sin sofoco, ni befa, ni desprecio,
bautiza ese momento inesperado
y con ágape festeja...¡que me amas!
Malu de Lujan
No hay comentarios.:
Publicar un comentario