miércoles, 19 de septiembre de 2012

Mezquinas Horas



La distancia pone a prueba
sin descaro los sentimientos
y el tiempo favorece a su olvido.
No soy mujer para un día
en la arbitrariedad consentida.
No busco el exceso, ni la súplica,
lo supremo, ni la mendicidad,
tampoco lo que sobra...
ni la demasía.
No soy gorrión detrás de la miga
que espera en la rama
la dádiva escondida.
No quiero arrenatar el tiempo
que no se ofrece,
ni las horas mezquinas
porque es el enemigo nutriente
del olvido,
fábrica con el ojo puesto
en ésa alquimia.
Me atenaza ese dolor hueco
por donde se va el amor
que te entregué un día
porque tengo la sal en mi boca
de la lágrima contenida.
No te dí el trigo ni la semilla
te dí el sol y el agua
para la siembra continua.

Malu de Lujan

1 comentario:

Rafael dijo...

Le diría a la protagonista de tu poema, que enjugue la lágrima y que mire al cielo, pero estoy seguro de que tú ya se lo has dicho, y ahora, al leer mi comentario, sonreirás con el mismo.
Un abrazo.