El amor debe ser brebaje constante
que sustrae la sed
no sorbo espaciado, distante,
misántropa dádiva
trago y algarada breve,
provocación que delimita
una intrépida y corta intención.
El amor huidizo necesita ancla
no una cadena sobrante
de frágil hendidura
por donde restañan los eclipses
y el silencio se agiganta
y se resquebraja la noche.
El amor se va y retorna
pero en el dorso hay
un fragoso murmullo
de infortunio alocado
dispuesto a la riña o la tristeza.
El amor es caprichoso
y condena a la aridez
de señero camino
en el reclamo constante
de su servil lazo.
El amor de sesgo suave
calmado o agreste
indómito necesita transitar
por el derecho translúcido
de trazar sus límites
de volcar su tributo
y manifestar la licencia
festón de desborde
sin pudores ni recato.
El amor es libre
pero abarca en su almenara
el detonante de su sentencia
...el desafecto trae el gélido olvido...
Malu de Lujan
1 comentario:
El amor es todo eso y mucho más que los poetas saben perfectamente.
Un abrazo en la noche.
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