Ya no gime la oscura noche azul
de pesares embriagada.
Me levanté a caminar desde el valle
bajo la luna extraviada.
Te fuiste de mi
por camino de ráfagas
abriendo los brazos
a nueva pasión de sombras y fábula.
Me quedé como niña
con las manos llenas de abejas blancas
sin saber qué hacer, ultrajada,
panal roto, aletear de enjambre,
zumbido y retumbe
de llanto que sacude rebasadas ansias.
Levanto la frente
en el tiempo piadoso
que pone su dedo en mi herida
y con su lengua candente
mi pena lava.
Malu de Lujan
1 comentario:
"...Me quedé como niña con las manos llenas de abejas blancas..."
Un abrazo en la noche.
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