¿Porqué vienes como el
céfiro
que hábil sabe posarse
en mis verdes prados
cuando cae la tarde?
Traes de regreso
antiguas ansiedades
algo de nostalgia...
y matiz extraño.
Mucha agua pasó
por nuestro puente
dejando en la orilla
de nuestro río
muchas palabras
que abandonadas
acallaron mis labios.
¡Cuánto quise! alguna
vez
mil flores abiertas
por el lomo del
destino cabalgando,
mil colores y sonidos
irrumpiendo en mi
silencio
y esa indómita soledad
que callo
¡Cuánto quise! recibir
una caricia,
un beso, una mirada
amorosa,
que alegrase mis días
en mi torreón
solitario.
Sólo había una leve
mirada,
una sonrisa vaga
una palabra escueta
un alejarse furtivo
entre ecos de mil pasos.
¡Cuánto quise!
extendieras los brazos
para sentir el
murmullo
de un corazón
enamorado,
o cristalina voz que
opacase
en un te quiero
mil voces que hacen
gritos
desde la raíz de mi
letargo.
Pero había otros
soles...entre mil lunas
y el lento transitar
de viento huracanado
quemando los sueños
dejando mil resabios.
¡Cuánto quise! detener
los sonidos
de ese oleaje
oscilante
que fugitivo surcaba
en la neblina
amenazante tu silueta
de barco encallado
y detener el regocijo
que adentraba su
canto.
Para entonces...eras
sólo un pájaro
de cara al rocío con
las alas abiertas
esperando en la sombra
el rodar de otros
pájaros.
Como racimo inquieto
que espera en la vid
nutrir el vino
que borrará su
cansancio.
El tiempo restaña las
heridas
y borda las semillas
en tapiz extraño
se confunde en el
presente
el oscuro precio de
contado
cuando lo dimos
todo...
y ese todo en la
sencillez
de tierna entrega
mal pagado.
¿Porqué vienes,
empeñado en torcer
un viejo río
que desfila en aguas
dormidas
bajo un sol lejano?...
Malu de Lujan
2 comentarios:
Quizás acude, porque es terco, como el río, y no da su brazo a torcer ya que quiere besar tus labios.
Un abrazo en la noche.
¡Cuánto quise! Maravilloso 👏
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