Trasluce mi empecinado corazón
tornadiza mansedubre.
Intento suspender
desde una amarga realidad
de trama inhóspita
el sosiego,
que me permita el arrastre
suma de reposo y sobresalto
de laboriosa marcha.
Trepida en mis oídos estremecidos
una voz, que quebranta mi reposo
y me recuerda que no hay tregua
en esta circulación de energías.
Cada escollo, traba o maniobra
nos deja su preeminente mensaje.
Emerge como bandera clavada
en la sospecha
con la habilidad que contribuye
al sufragio
de sustantiva virtud.
Malu de Lujan
3 comentarios:
Es como esa voz que avisa, llama y siempre está presente, para decir aquello que debemos hacer y hasta para dejarnos el suspiro que anhelamos.
Un abrazo en la tarde.
pretty nice blog, following :)
Hermoso
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