viernes, 31 de enero de 2014

M E S A N A

 
 
...me reencontré con tus ojos
manso glaciar de oscura vendimia
y viajé más allá del sendero
que quedó atrás.
Balbuceo y relámpago
acudieron a mi añoranza
de cuando transitábamos
por olvidados surcos
con la cabeza en la creación
y alas horizontales.
Nos poseyó la misma fiebre
mientras el viento
arrullaba los álamos
y los pasos no se detenían
ruidosamente
aplastando el otoño.
Aunque era extraño
la tromba de pájaros chillones
que circulaban sobre los hombros
y arrastraban su tronco
mis eucaliptus
bajo la severa tempestad.
Lo perdí todo ante lamento ajeno
sin sentido,
pero tu voz de metal diletante
me hizo un regalo perenne.
Mi alma cojeaba
buscando entre mar y cielo
una metáfora que amarre
mi corazón en fuga,
mesana de soporte entre versos.
Todo tiene su tiempo
y van los roedores carcomiendo
los caminos
pero queda la historia
o la fértil leyenda que no se detiene.
Hoy el recuerdo se hizo presente
como un grito
que desplegó mi navío.
Circula nueva energía
que sopla generosa
como una sinfonía, tropel de sonidos
que sumergen su bello canto
en mi arena.
Fuiste un guerrero silencioso
que apacentó mi soñar
con el brillo de su espada
y que hoy reencontré
en el acuoso olivo de tu mirada.
 
Malu de Lujan
 
 

2 comentarios:

Rafael dijo...

¡Quién fuera la mesana de tu navío, poeta...!
Un abrazo inmenso querida amiga.

Ana María Delgadillo dijo...

Tus poemas son extraordinarios, querida Malú