Tu palabra cae suave y blanda
como cobijo que abriga
en el claroscuro de mis soledades
dejando nitidez orlada
en mi silencio.
Es flor inflorescente
y esbozo de hierba
en la vertiente elipsoidal
de mis hojas laterales
de arbusto seco.
Tu palabra me adorna
templado susurro
en el ápice de mis mañanas
mi flor se abre ansiosa
y reconforta mi fragilidad.
Vienes a recoger
el frío de mi otoño
aplacas el gemido ondulado
en la esterilla de mis cardos
sin floración.
Tu palabra, almidón y azúcar
pone énfasis ferroso
en mi languidez de malvavisco
convirtiendose en miel
que se derrama por mi piel...
Malu de Lujan
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